miércoles, 29 de octubre de 2014

¿Qué miedos te impiden encontrar al VERDADERO amor?


El miedo es el peor enemigo del ser humano ya que es un sentimiento que nos impide avanzar en nuestras metas en la vida.

Pero ¿Qué es realmente el miedo?

La Real Academia Española de la Lengua define el miedo como la perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario. Es decir, que muchas veces el miedo es provocado por nuestra imaginación al pensar en situaciones que podrían suceder pero que no tienen por qué pasar.

En mi experiencia como coach para mujeres he podido constatar que a la hora de buscar el amor es frecuente que nos inundemos de toda clase de miedos que a su vez nos ocasionan dificultades para encontrar a nuestra pareja ideal.

Repasemos los tipos de miedo más frecuentes:

     Miedo a la soledad - Este temor hace que busquemos desesperadamente intentar atrapar al primer hombre que se cruza en nuestro camino. Cualquiera es bueno por qué lo que ansiamos es dejar de estar solas. Esto, aparte de que nos puede llevar a escoger a un hombre que no es el indicado, hará que el sexo opuesto huya de nosotras al sentir que les estamos presionando y agobiando. Debemos aprender a convivir con la soledad y a disfrutarla en vez de temerla.

     Miedo a enamorarnos - Sí, aunque queramos buscar el amor también nos da miedo enamorarnos. Y es que eso implica que la otra persona conozca todos nuestros secretos más íntimos, que nos sintamos vulnerables porque sabemos que nos puede hacer daño y que perdamos el control sobre nuestros propios sentimientos. El amor es una aventura por lo que debemos aceptar que vamos a correr riesgos pero seguro que la recompensa merece la pena.

     Miedo al reloj biológico - Todas las mujeres tenemos un reloj biológico que nos recuerda que queremos ser madres, sin embargo, este reloj puede jugar en nuestra contra al hacernos creer que cualquier hombre puede ser el perfecto padre para nuestros hijos. En este caso, hay que ser capaces de controlarlo y de pensar en los tiempos y el padre ideal que queremos para nuestros futuros hijos.

     Miedo al rechazo  - Quizás es uno de los más frecuentes, el miedo a que nadie nos quiera tal y como somos. Si estamos buscando alguien con quién salir nos preocupara que no le guste nuestro aspecto físico, y si ya estamos conociendo a alguien estaremos aterradas por si descubre algo de nosotras que no le agrade y salga corriendo. La clave es confiar en nosotras mismas y aprender a querernos con nuestros defectos y virtudes.

     Miedo a terminar como nuestros padres - El temor de acabar teniendo la misma relación que nuestros padres siempre está presente. Uno quiere evitar repetir los mismos errores alejándose del amor, pero la mejor manera de no volver a caer en la misma trampa es sacar las lecciones y aplicarlas en nuestras relaciones.

     Miedo a lo desconocido – Muchas veces estamos acostumbradas a salir con tipos de un determinado prototipo, por ejemplo, con hombres que les gusta mucho la fiesta o el deporte. Lo que ocurre es cuando conocemos a un hombre que no encaja dentro de nuestro prototipo nos asustamos por el temor a una situación nueva. Sin embargo, debemos dejar a un lado el miedo a lo desconocido y aventurarnos a conocer otras propuestas.

     Miedo a las relaciones de larga duración – En la actualidad, no es tan frecuente tener muchas relaciones duraderas sino más tener amigos con derecho a “piches”. Esto provoca que al tener la posibilidad de tener una relación de verdad tengamos temor a no saber cómo hacerlo, olvidando que nadie ha nacido sabiendo cómo mantener una relación estable y que es algo que aprenderemos conjuntamente con nuestra pareja.

     Miedo debido a las inseguridades físicas -  Algunas mujeres durante la adultez experimentan cambios físicos dejando al lado su aspecto adolescente, por ejemplo, adelgazando o cuidando más su imagen. Sin embargo, estas mujeres siguen experimentando inseguridades del pasado que deben sanar aumentando su autoestima y queriéndose tal y como son.

     Miedo a la repetición de los errores de las relaciones pasadas - Cuando acumulamos una lista de fracasos sentimentales, solemos empezar a pensar que siempre nos va a pasar lo mismo. Debemos analizar lo que ocurrió en las otras relaciones, ver si era nuestra culpa y/o de la otra persona y cambiar aquello que nos pudo llevar al fracaso. Está claro que repetir el mismo comportamiento no nos dará un resultado distinto, pero si somos capaces de analizar todo lo que nos ha sucedido podremos sacar una conclusión y cambiar las cosas.

     Miedo a no cumplir con las expectativas - Al comienzo de una relación todo nos parece perfecto y nos creamos unas expectativas muy altas tanto nosotras como la otra persona. Es en ese momento cuando nos entra el pánico sobre si estaremos a la altura de todo lo que se espera de nosotras. Sin embargo, de nuevo debemos aprender a querernos tal y como somos y tener confianza en que si la otra persona es nuestra pareja ideal nos querrá a pesar de todo, al igual que nosotras a él.

     Miedo a descuidar  nuestra carrera profesional – Este miedo comienza después de los 30 años cuando se junta con el reloj biológico y el éxito que hemos tenido en nuestras carreras. La nueva generación de mujeres sabemos que queremos tener una carrera profesional consolidada y exitosa pero lamentablemente el matrimonio, y sobre todo los hijos, suelen ser mal visto desde las áreas de recursos humanos que siguen pensando que los hijos provocan una disminución de la productividad.

Afortunadamente, son ya pocos los que piensan así y muchas grandes empresas ponen todas las facilidades que pueden para intentar compatibilizar la vida personal y la laboral. Somos mujeres poderosas capaces de compaginar las dos cosas así que no tenemos porqué sentir miedo de eso. Además,  se trata de una situación pasajera y es nuestra mayor inversión en la vida ya que será nuestra familia para siempre.

¿Cómo eliminar el miedo?

El miedo es algo que está en nuestra mente, lo que significa que tenemos el poder para controlarlo. Basta con dejar de pensar en aquello que podría suceder y centrarnos en nuestro presente. Nos ayudará a combatir el miedo y a disfrutar más del momento.





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