El miedo es el
peor enemigo del ser humano ya que es un sentimiento que nos impide avanzar en
nuestras metas en la vida.
Pero ¿Qué es realmente el miedo?
La Real Academia
Española de la Lengua define el miedo como la perturbación angustiosa del ánimo
por un riesgo o daño real o imaginario. Es decir, que muchas veces el miedo es
provocado por nuestra imaginación al pensar en situaciones que podrían suceder
pero que no tienen por qué pasar.
En mi experiencia
como coach para mujeres he podido constatar que a la hora de buscar el amor es
frecuente que nos inundemos de toda clase de miedos que a su vez nos ocasionan
dificultades para encontrar a nuestra pareja ideal.
Repasemos los
tipos de miedo más frecuentes:
●
Miedo a la
soledad - Este temor hace que busquemos desesperadamente intentar atrapar
al primer hombre que se cruza en nuestro camino. Cualquiera es bueno por qué lo
que ansiamos es dejar de estar solas. Esto, aparte de que nos puede llevar a
escoger a un hombre que no es el indicado, hará que el sexo opuesto huya de
nosotras al sentir que les estamos presionando y agobiando. Debemos aprender a
convivir con la soledad y a disfrutarla en vez de temerla.
●
Miedo a
enamorarnos - Sí, aunque queramos buscar el amor también nos da miedo
enamorarnos. Y es que eso implica que la otra persona conozca todos nuestros
secretos más íntimos, que nos sintamos vulnerables porque sabemos que nos puede
hacer daño y que perdamos el control sobre nuestros propios sentimientos. El
amor es una aventura por lo que debemos aceptar que vamos a correr riesgos pero
seguro que la recompensa merece la pena.
●
Miedo al reloj
biológico - Todas las mujeres tenemos un reloj biológico que nos recuerda
que queremos ser madres, sin embargo, este reloj puede jugar en nuestra contra
al hacernos creer que cualquier hombre puede ser el perfecto padre para
nuestros hijos. En este caso, hay que ser capaces de controlarlo y de pensar en
los tiempos y el padre ideal que queremos para nuestros futuros hijos.
●
Miedo al
rechazo - Quizás es uno de los más
frecuentes, el miedo a que nadie nos quiera tal y como somos. Si estamos
buscando alguien con quién salir nos preocupara que no le guste nuestro aspecto
físico, y si ya estamos conociendo a alguien estaremos aterradas por si
descubre algo de nosotras que no le agrade y salga corriendo. La clave es
confiar en nosotras mismas y aprender a querernos con nuestros defectos y
virtudes.
●
Miedo a terminar
como nuestros padres - El temor de acabar teniendo la misma
relación que nuestros padres siempre está presente. Uno quiere evitar
repetir los mismos errores alejándose del amor, pero la mejor manera de no
volver a caer en la misma trampa es sacar las lecciones y aplicarlas en
nuestras relaciones.
●
Miedo a lo
desconocido – Muchas veces estamos acostumbradas a salir con tipos de un
determinado prototipo, por ejemplo, con hombres que les gusta mucho la fiesta o
el deporte. Lo que ocurre es cuando conocemos a un hombre que no encaja dentro
de nuestro prototipo nos asustamos por el temor a una situación nueva. Sin
embargo, debemos dejar a un lado el miedo a lo desconocido y aventurarnos a
conocer otras propuestas.
●
Miedo a las
relaciones de larga duración – En la actualidad, no es tan frecuente tener
muchas relaciones duraderas sino más tener amigos con derecho a “piches”. Esto
provoca que al tener la posibilidad de tener una relación de verdad tengamos
temor a no saber cómo hacerlo,
olvidando que nadie ha nacido sabiendo cómo mantener una relación estable y que
es algo que aprenderemos conjuntamente con nuestra pareja.
●
Miedo debido a
las inseguridades físicas - Algunas
mujeres durante la adultez experimentan cambios físicos dejando al lado su
aspecto adolescente, por ejemplo, adelgazando o cuidando más su imagen. Sin
embargo, estas mujeres siguen experimentando inseguridades del pasado que deben
sanar aumentando su autoestima y queriéndose tal y como son.
●
Miedo a la
repetición de los errores de las relaciones pasadas - Cuando acumulamos una
lista de fracasos sentimentales, solemos empezar a pensar que siempre nos va a
pasar lo mismo. Debemos analizar lo que ocurrió en las otras relaciones, ver si
era nuestra culpa y/o de la otra persona y cambiar aquello que nos pudo llevar
al fracaso. Está claro que repetir el mismo comportamiento no nos dará un
resultado distinto, pero si somos capaces de analizar todo lo que nos ha
sucedido podremos sacar una conclusión y cambiar las cosas.
●
Miedo a no
cumplir con las expectativas - Al comienzo de una relación todo nos parece
perfecto y nos creamos unas expectativas muy altas tanto nosotras como la otra
persona. Es en ese momento cuando nos entra el pánico sobre si estaremos a la
altura de todo lo que se espera de nosotras. Sin embargo, de nuevo debemos
aprender a querernos tal y como somos y tener confianza en que si la otra
persona es nuestra pareja ideal nos querrá a pesar de todo, al igual que
nosotras a él.
●
Miedo a descuidar
nuestra carrera profesional – Este miedo comienza después de
los 30 años cuando se junta con el reloj biológico y el éxito que hemos tenido
en nuestras carreras. La nueva generación de mujeres sabemos que queremos tener
una carrera profesional consolidada y exitosa pero lamentablemente el
matrimonio, y sobre todo los hijos, suelen ser mal visto desde las áreas de
recursos humanos que siguen pensando que los hijos provocan una disminución de
la productividad.
Afortunadamente, son ya pocos los que piensan
así y muchas grandes empresas ponen todas las facilidades que pueden para
intentar compatibilizar la vida personal y la laboral. Somos mujeres poderosas
capaces de compaginar las dos cosas así que no tenemos porqué sentir miedo de
eso. Además, se trata de una situación
pasajera y es nuestra mayor inversión en la vida ya que será nuestra familia
para siempre.
¿Cómo eliminar el miedo?
El miedo es algo
que está en nuestra mente, lo que significa que tenemos el poder para
controlarlo. Basta con dejar de pensar en aquello que podría suceder y
centrarnos en nuestro presente. Nos ayudará a combatir el miedo y a disfrutar
más del momento.
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