Nuestro padres es nuestro primer contacto con el
sexo opuesto que tenemos y entorno a él vamos creando cómo serán las relaciones
que tendremos con el otro género.
El complejo de Edipo
Es prácticamente imposible hablar de relaciones
entre padres e hijos sin mencionar el complejo de Edipo del psicoanálisis de
Sigmund Freud.
El complejo de Edipo, en términos generales, es el deseo inconsciente de mantener una relación sexual con
el progenitor del sexo opuesto y de eliminar al padre del mismo sexo, sin
embargo este complejo puede ser positivo o negativo:
●
Positivo: El niño siente rivalidad hacia el progenitor del mismo
sexo y atracción hacia el del sexo opuesto.
●
Negativo: El hijo expresa amor hacia el progenitor del mismo sexo,
así como rivalidad y rechazo al del contrario.
Esto significa que cuanto tenemos asuntos sin
resolver con nuestro padre se materializan en nuestras relaciones de pareja
como adultas, llegando a buscar compañeros con los que podamos intentar
solucionar esos problemas que tuvimos con nuestro progenitor, o bien, repetir
el mismo patrón porque es el que aprendimos en nuestra infancia.
Dime cómo es tu
padre y te diré qué pareja buscas
Edmundo Campusano, psicólogo especializado en
relaciones de pareja, ha identificado los diferentes tipos de padre y las
consecuencias que esto tiene en sus hijas y en sus relaciones de pareja cuando
son adultas.
Basándonos en sus estudios, vamos jugar a dime cómo
es tu padre y te diré qué pareja buscas:
● Padre ausente
Cuando crecemos con un padre ausente que nunca está
en los momentos importantes de nuestras vida o que trabaja demasiado para pasar
tiempo con nosotras, podemos desarrollar
problemas emocionales como falta de autoestima y de confianza. Esto nos puede llevar a elegir a parejas que
nos hagan daño porque no nos sentimos merecedoras de amor, rechazamos a los
hombres buenos y elegimos a los malos, es decir, somos una mujer que ama a los pasteles.
Sin embargo, lo que para algunas mujeres puede ser
un grave problema de confianza, a otras les puede servir para aprender a ser
independientes, y acabar siendo solteras
de nacimiento porque no necesitan a nadie para ser feliz.
● Padre sobreprotector
Si nuestro padre era un sobreprotector que siempre
resolvía los problemas por nosotras (incluyendo hacernos la tarea de la escuela
y las labores del hogar) o que no nos permitía salir con nuestros amigos, nos
ha podido ocasionar dificultades para adquirir independencia, lo que hará que
nunca nos sintamos capaces de valernos por nosotras mismos, sin depender de
alguien.
En este caso, las mujeres con padre sobreprotector
buscarán a un hombre que se haga cargo de ellas en todos los sentidos tanto
económico como emocional. Por
lo que podemos afirmar que este tipo de mujeres quieren a otro padre en sus relaciones de pareja.
● Padre castigador
El padre castigador siempre amenazar por castigar
ante cualquier tipo de error, no tiene empatía con sus hijos y nunca se interesa por comprenderlos, lo que
acaba haciendo de sus hijos unos adultos asustados por el miedo a equivocarse.
Esto puede llevar a dos caminos, a mujeres proclives al maltrato ya sea
físico o psicológico porque consideran el castigo como algo normal y/o a
mujeres que se niegan a tener pareja para evitar que nadie les vuelva a
castigar, de nuevo las solteras de
nacimiento.
● Padre inmaduro
Por su parte, el padre inmaduro jamás actúa como un
progenitor con autoridad sino como un amigo, nunca tuvo un proyecto laboral o
de vida que le durará mucho tiempo o quizás tenía problemas con adicciones como
el alcoholismo.
Las hijas suelen asumir el difícil papel de cuidar a
sus padres como si fueran su madre, creciendo demasiado deprisa. Estas niñas
corren el riesgo de convertirse en mujeres sacrificadas que buscan a un hombre
inmaduro para cuidar de él y ejercer de
madre de sus parejas.
● Padre ideal
El padre ideal en términos exactos no existe porque
todo el mundo tenemos nuestros defectos, sin embargo, podemos definir a un
padre ideal como aquel que está presente en nuestras vidas, que es cariñoso y
que apoya nuestras decisiones a la vez que nos deja espacio para nuestra propia
independencia.
Si tu padre te ha tratado como una auténtica
princesa, tú te convertirás en la mujer
exigente, y no aceptarás otra cosa que un hombre que un hombre perfecto por
lo que siempre le verás los defectos a cualquier candidato a pareja.
Factores a tener en
cuenta
Sin embargo, estos roles no tienen porqué ser
siempre así, factores como el carácter de la hija y el entorno de su
crecimiento (su madre, su familia, sus amigos) también van a influir en su
elección de pareja cuando sea adulta.
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