En todos mis
años trabajando en coaching para mujeres, me he dado cuenta de que la mayoría
de nosotras identificamos al amor como un sinónimo pasión, de atracción sexual.
Y no es culpa nuestra, a través de las diferentes formas de comunicación, como
las canciones, las novelas románticas o las teleseries, la sociedad se encarga de alojar en nuestro
subconsciente esa idea de que el amor de verdad, es obligatoriamente un amor
apasionado, basado en la atracción sexual.
Pero ¿Qué es realmente la pasión?
Si utilizamos el
diccionario para averiguarlo, nos encontramos con que el término pasión
proviene del verbo latín patior, que
significa sufrir o sentir. Esta acepción de la palabra pasión como sinónimo del
sufrimiento, es muy común y cierta, cualquiera que haya sentido un poco de
pasión en su vida, sabe de cómo se sufre por no tener al objeto de la pasión
contigo.
Sin embargo, en
relación con el amor, pasión se emplea
como un sinónimo de atracción sexual, del instinto animal de reproducción, para
ser más explícitos.
El problema
llega cuando creemos que el amor es únicamente pasión, que sin ella una
relación se ha muerto.
Todo esto es
falso.
La pasión
realmente es un síntoma en una relación de pareja, no el todo. Las relaciones
que sólo se basan en la pasión están condenadas al fracaso porque se basan en
un sentimiento temporal y obsesivo, que hace sufrir, y no en emociones sanas y estables.
Los científicos
han demostrado que la pasión, como atracción sexual, tiene fecha de caducidad.
La antropóloga Helen Fisher, y autora del libro “Por qué amamos” ha certificado con varios estudios que la pasión
dura entre 18 meses y 3 años, pero el amor, si se cuida. puede continuar.
La pasión desde la química
Se tratan de dos
cosas diferentes, hasta químicamente hablando. Cuando nos enamoramos, aumentan
las cantidades de dopamina y
neroperifinina en nuestros organismo, dos estimulantes naturales que nos proporcionan una sensación
de plenitud y euforia que hacen que sintamos que estamos flotando.
Sin embargo, la atracción sexual, la pasión, está regulada
principalmente por la testosterona, aunque la dopamina y la neroperifinina,
estimulan la producción de testosterona. Por eso, sentimos ese deseo sexual
cuando nos enamoramos.
Pero no necesariamente ocurre al
revés, cuando alguien simplemente nos atrae sexualmente, generamos
testosterona, aunque sí es posible que la actividad sexual pueda llegar a
ayudar a la producción de dopamina, y que a, por tanto, surja el amor, no suele
ser lo más habitual.
Esto debemos tenerlo
en cuenta, para evitar acostarnos con aquellos hombres de los que estamos
enamoradas, aún sabiendo que es sólo sexo para él, las posibilidades de que se
enamore de nosotras sólo por una gran actividad sexual, son bajas.
¿Qué quiere decir todo esto?
Deshacer la
concepción social de que el amor es igual a la pasión, es algo que debemos
tener claro antes de iniciar la búsqueda del amor y cualquier taller de
coaching para mujeres.
Si nos centramos
únicamente en la atracción sexual, puede que no seamos capaces de ver al
verdadero amor de nuestra vida y le dejemos escapar.
Foto: Freepik
Más Información en: www.ladyalfa.cl
Más Información en: www.ladyalfa.cl
No hay comentarios:
Publicar un comentario